Invasión de ………….
Juan y Loli eran una pareja que llegaron a este pueblo costero en el 2000, buscaron trabajo y encontraron, como muchos otros. En el 2005 tuvieron un hijo. Como siempre dicen, traen un pan bajo el brazo, pero en este caso era un pan duro.
Cuando el bebe tenía tres meses se quedaron sin trabajo los dos y lo poco que consiguieron ahorrar en poco tiempo se acabó. El casero que les tenía alquilado el piso pasados unos meses les comunicó que tenían que abandonar el piso (era una persona jubilada y con el alquiler podía completar su mísera pensión). El 2 de mayo no tenían donde dormir, dieron vueltas y vueltas los tres y no encontraban donde dormir con el bebé. Los asistentes sociales ayudaron algo, pero no lo suficiente para que pudieran estar tranquilos.
Encontraron una casa vieja y entraron. Estaba bastante mal, pero era mejor que dormir en la calle. Juan salió a dar una vuelta por los contenedores de las basuras y para comer no encontró nada, pero unas mantas para poder calentarse sí.
Era una casa como en las películas, vieja y sucia, algo peligroso para vivir con una criatura. Les costó dormir, pero agotados cayeron rendidos. A las primeras luces, Loli abrió los ojos y su grito se escuchó en muchos metros de distancia. Un grito de angustia y horror, la cama que prepararon para su bebe estaba llena de ratas caminando por el cuerpo de la criatura. La pareja corrió y espantó a los roedores, cogieron el niño y lo abrazaron, mirando si tenía alguna herida. Gracias a Dios no tenía nada, fue solo el susto.
Durante el día, Juan se dedicó a tapar las posibles puertas de entrada de las ratas, y Loli llevo el niño al médico y le explicó lo sucedido para que lo mirara. Estaba todo bien, por suerte.
Llegó la noche y volvieron los miedos, no pegaron ojo en toda la noche vigilando. Empezó a despuntar el sol y no durmieron nada, todo el día la pareja intentando encontrar algún trabajo o por lo menos algo para comer. La gente que supo de su historia les dio ropa para los tres y comida sobre todo para la criatura, podían ir a dormir tranquilos aquella noche, agotados de 48 horas sin dormir.
A las 23:00h estaban profundamente dormidos los tres. De ambiente se escuchaban unos pasos, alguien entró en la casa y se estaba acercando donde dormían los tres.
Se fue acercando esa persona en silencio, a la cama de la criatura. Llevaba algo en la mano, los padres estaban profundamente dormidos y la sombra se acercó a la cama del bebé, se agachó y estiró las manos hacia él.
A la mañana temprano, los padres abrieron los ojos y miraron asustados a la cama del niño. Algo tenía encima y era muy grande para ser una rata. Con el corazón latiendo a 1000 corrieron hacia su hijo.
¿Qué tenía junto a la cabeza?
¿Cómo llegó a su cama?
Los padres miraron y era una bolsa oscura. La abrieron y vieron más billetes de 50 € de los que jamás pudieron imaginar y una nota: “Disfrutad la vida, os lo merecéis”.
Juan avisó a la policía, tanto dinero le daba miedo. La policía, vista la nota y de no conocerse ninguna denuncia por robo en los últimos tiempos, tenían en principio que guardarlo y luego sería suyo.
Tenían mucho dinero y no podían disfrutarlo por orden policial, pero una carta al juez del pueblo donde ponía el nombre de la persona y todos sus datos justificando que el dinero era suyo y era una donación para esa familia. Pero pidió que su nombre estuviera en secreto para todo el mundo.
De esta manera, Juan, Loli y el niño, Lucas, pudieron ser felices al fin.
PD: Nunca se supo de quien fue la donación de 1 millón de euros, pero se sospecha de un hombre que perdió un hijo devorado por las ratas en la casa donde se refugiaron. Esa persona hacía muchos años que se marchó del pueblo.