Traición familiar

2020-06-01T20:57:38+01:0029/05/2020|

“Todos recordaremos su sonrisa, su vitalidad y sus ganas de vivir, porque Ernesto era la bondad personificada. Siempre con ganas de ayudar. Y con esas ganas, perdió la vida en una triste tarde. Hoy le acompañamos a su última morada. Oremos.” Estas fueron las palabras que pronunció el sacerdote en la homilía para despedirlo. Pero qué sucedió, de que falleció, muchas preguntas.

Sábado 7 mayo de 1988, las 07,00 horas AM. Ernesto se dirigió al cuartel de bomberos de su ciudad, era un gran bombero varias veces condecorado con medallas al valor por salvar vidas en situación extrema. Tenía que estar hasta las 12 de la noche de retén por cualquier problema.

El día fue más bien tranquilo: un pequeño fuego en un contenedor de basura, una pareja de gente mayor que se dejaron olvidadas las llaves en el interior de la vivienda, lo clásico en un día tranquilo.

A las 6 de la tarde recibió una llamada pidiéndole un favor. Era su compañero Jose, que quería quedarse él de 8 a 12 de la noche para que él le cubriera el fin de semana por una reunión familiar. Como siempre no puso ninguna pega, siempre estaba dispuesto a ayudar.

Ernesto pensó en no decirle nada a Alicia, su esposa, y darle una sorpresa. Llegar a casa y luego llevarla a cenar, él estaba muy enamorado de su mujer. Cuando se dirigía a su casa, al pasar por un paso de cebra, un conductor despistado tuvo que frenar en seco; casi lo arroya, se llevó un buen susto.

Al pasar cerca de una floristería compró un ramo de rosas. En esa floristería siempre solía comprarle flores a su esposa. Al fin divisaba su casa, en la calle Lope de Vega 35, una casa unifamiliar con jardín. Eran las 8:45 del maldito 7 de mayo. Ernesto abrió la puerta de entrada al jardín, y se acercó a la puerta de entrada a la vivienda, metió la llave sigilosamente, la giró y la puerta cedió. Se escuchaba el agua en la ducha. Alicia se estaría duchando, muchas veces le espera con ropa sexy y recién duchada cuando llegaba de trabajar para hacer el amor.
Ernesto se dirigió con las rosas hacia el cuarto de baño. Sería una gran sorpresa. Abrió despacio la puerta, y el mundo se le desmoronó en un momento. Alicia estaba haciendo el amor con Enrique, su hermano.

Era una doble traición que le dejó en shock. Traicionado por su hermano y su mujer, era demasiado para él. Se giró y se encaminó hacia las escaleras de salida de la vivienda y ahí fue cuando recibió un fuerte empujón por la espalda que le hizo caer por las escaleras, golpeándose fuertemente en la cabeza.

La versión de la esposa es que al llegar a casa estando ella en la ducha, escuchó un fuerte ruido y se asustó. Al salir vio a su marido en las escaleras inconsciente. Llamó al hermano de su marido que vivía cerca pidiendo ayuda y luego llamaron a la ambulancia.

La ambulancia llegó enseguida. Ernesto estaba inconsciente pero vivo. A gran velocidad se dirigió al hospital donde fue sedado y entubado para mantenerlo con respiración asistida. Fueron 15 días de sufrimiento para su esposa, por que…

¿Y si despertaba que pasaría? Y el día 16… Mientras estaba Alicia al lado de la cama, Ernesto abrió un poco los ojos, momento en el que ella, con ayuda de una almohada y presionando fuerte, consiguió que él dejara de respirar. Cuando llego el médico, a pesar de darle un masaje cardíaco, no pudo volver a hacer latir ese corazón que murió ese sábado ante la visión de la traición de su mujer y su hermano. D.E.P. Ernesto.

La policía y el forense nunca sospecharon de lo que sucedió ese trágico día y durante muchos años, la conciencia no les dejó dormir. Hasta que pasados 12 años, Alicia y Enrique fallecieron en un accidente los dos.

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