Sentimientos

2025-02-24T11:56:50+01:0024/02/2025|

Queridos mamá y papá,

Necesito contarles cómo me siento, necesito expresar mis sentimientos. No sé muy bien cómo empezar esta carta, porque todavía no termino de entender lo que está pasando.

Anoche, cuando los escuché hablar en el comedor de casa, yo aún no me había dormido. Cuando sus voces se convirtieron en susurros y luego en gritos ahogados, en ese justo instante me di cuenta de que algo no estaba bien. No fue necesario que pronunciaran la palabra “divorcio” para que entendiera de qué estaban hablando.

Me quedé en silencio, en la oscuridad de mi habitación, con los ojos abiertos y el pecho oprimido por un peso imposible de soportar. Miles de pensamientos se atropellaban en mi cabeza:

—¿Cómo es posible que ustedes, las dos personas que más quiero en este mundo, decidan separarse?

—¿Acaso todo lo que vivimos juntos no fue suficiente para seguir unidos?

Tengo miedo. No sé qué va a pasar ahora, no sé si tendré que elegir entre ustedes, si mi vida se dividirá en dos mitades, si tendré que despedirme de uno de los dos cada semana, si las cenas en familia serán solo recuerdos cada vez más lejanos. No sé si tendré que fingir que estoy bien cuando, por dentro, me estoy rompiendo en mil pedazos.

Siempre pensé que éramos una familia normal. Sí, a veces discutían, como la mayoría de los padres de mis amigos; a veces se ignoraban o pasaban días sin hablarse. Pero siempre creí que, al final del día, el amor que se tenían era más fuerte que cualquier problema.

—Me equivoqué, ¿verdad?

O tal vez nunca quise ver las señales. Tal vez me aferré a la idea de que todo seguiría igual, porque solo pensar en cambios me llenaba de miedo.

Quisiera decirles tantas cosas… Quisiera gritarles que no lo hagan, que no destruyan lo que hemos construido juntos. Quisiera pedirles que se den una nueva oportunidad, que recuerden cuando se enamoraron, que piensen un poco en mí. Sé que suena egoísta, pero…

—¿Qué hay de mí en todo esto?

Ustedes pueden seguir con sus nuevas vidas, pueden rehacerlas con otras personas, pero yo… Yo no puedo tener otro papá ni otra mamá. Para mí, solo existen ustedes dos. Díganme:

—¿Qué se supone que debo hacer con esta tristeza que me ahoga?

—¿Cómo se supone que debo seguir adelante sabiendo que la casa donde crecí nunca volverá a ser la misma?

—¿Cómo se supone que debo elegir con quién vivir, si los necesito a los dos?

Quizás esto es lo mejor para ustedes, tal vez es lo que necesitan para ser felices otra vez, pero…

—¿Qué pasa conmigo?

—¿Acaso alguien ha pensado en cómo me siento yo?

No puedo evitar sentir que estoy perdiendo todo lo que conozco, que mi mundo se está desmoronando y que nadie parece darse cuenta. No quiero que piensen que los odio. Los quiero demasiado y nunca podría hacerlo. Incluso ahora, cuando siento que se me rompe el corazón, no podría. Pero sí estoy enfadado. Estoy enfadado porque no tuve opción, porque esta decisión se tomó sin que yo pudiera decir nada. Estoy enfadado porque siento que, a partir de ahora, nada será igual.

Sé que no pueden prometerme que todo estará bien ni que el dolor desaparecerá pronto, pero al menos díganme que seguirán siendo mis padres aunque no vivan bajo el mismo techo.

Díganme que seguirán amándome como siempre.

Díganme que no me dejarán solo, que no permitirán que me hunda en la tristeza.

Díganme que, a pesar de todo, todavía somos una familia.

Con mucho amor y un corazón roto,
vuestro hijo.

Comparteix el contingut!

Go to Top