Barreras
Toda la historia comenzó aproximadamente hace ocho años.
Cristian era un joven activo y lleno de vida, le gustaban los deportes y le encantaba pasar tiempo al aire libre, los deportes que más le gustaba practicar eran los deportes extremos.
El día amanecía soleado y Cristian decidió aquel día practicar senderismo en las montañas cercanas a la localidad donde residía. Eran un grupo de cinco amigos, todos ellos de la misma edad, 15 años.
Exploraban un camino empinado y rocoso cuando sucedió la tragedia. Mientras descendían por una pendiente pronunciada, una roca se desprendió provocando que Cristian perdiera el equilibrio y cayera barranco abajo. La caída fue rápida y violenta, cuando llegó al fondo del despeñadero, quedó inconsciente entre las rocas.
Sus amigos corrieron hacia él para socorrerle; viendo el estado en que se encontraba, urgentemente llamaron a los servicios de emergencia. La cobertura por la zona era escasa, casi nula. Varios minutos después pudieron al final pedir socorro para su amigo.
Cristian fue rescatado y llevado de urgencias en un helicóptero al hospital más cercano. Los médicos hicieron todo lo posible para salvarlo, desgraciadamente las lesiones en la columna vertebral eran graves, dejando a Cristian paralizado de cintura para abajo.
Todos los amigos y familiares se volcaron en el apoyo de la recuperación del lesionado. A pesar de la grave lesión, Cristian demostró una fuerza mental muy grande para luchar contra el percance tan grave sufrido.
Este traumático suceso fue el que le dio fuerzas para luchar a favor de los derechos de la comunidad con discapacidad. Al principio no le escuchaba nadie, pero finalmente se hizo oír en todas partes. A pesar de su limitación física, Cristian era indomable y su pasión por la justicia le impulsó a su lucha. En su ciudad, las barreras arquitectónicas eran una realidad, dificultando enormemente el desplazamiento en sillas de ruedas: calles sin rampa, aceras estrechas y muchos edificios sin accesos adecuados eran los obstáculos más normales en su día a día, el de Cristian y muchas personas más. Cristian decidió no quedarse de brazos cruzados y pelear contra el silencio administrativo. Con determinación y coraje, organizó manifestaciones pacíficas para exigir que se hicieran cambios en las calles de las ciudades; con cada marcha que organizaba más fuerte era el silencio administrativo, la burocracia no se hacía eco de lo que reclamaban, no tenían ningún interés en atender las necesidades de esta comunidad.
A pesar de las dificultades, Cristian no se rindió, siguió convocando más manifestaciones. En una de ellas, ante la negativa de los manifestantes de abandonar la vía publica, la policía los intentó desalojar. Cristian con rapidez cogió unas esposas y se encadenó a otro compañero de la manifestación, al no poder quitarlos de en medio, los cogieron de los brazos arrastrándoles varios metros por el sucio asfalto.
Si se tenía que desplazar desde su casa a la ciudad, cuando regresaba ya era noche cerrada. Su trágico final sucedió un día que su regreso rondaba las 12 de la noche.
—Tu, lisiado, dame todo lo que tienes.
—No tengo nada, solo la silla.
—No te creo. Dame el móvil, dinero, tarjetas de crédito, reloj, todo y rápido —Cristian se dio cuenta de que no podía escapar de aquella peligrosa situación. Le fue entregando todo poco a poco, las manos temblorosas del asaltante dejaban bien claro que estaba pasando el mono (la droga deja ciego y sin sentimientos a quien la consume).
La lentitud de la entrega puso nervioso al asaltante, el cuchillo de cocina que sostenía en la mano izquierda se introdujo en su pecho atravesando el corazón, fue una muerte instantánea.
Aunque Cristian ya no está físicamente entre nosotros, su espíritu vive en cada una de esas personas que las barreras arquitectónicas no le dejan integrarse dentro de una sociedad que desgraciadamente no ve los problemas hasta que se los encuentra en su casa o en una persona cercana.
P.D: Si ves cualquier barrera arquitectónica en tu ciudad (aceras sin rampa, aceras estrechas que impiden el paso de sillas de ruedas, coches que impiden circular por las aceras, motos entorpeciendo la movilidad, edificios sin rampa para acceder, coches en párquines de minusválidos sin serlo, etc.), puedes aportar tu pequeño grano de arena haciendo una foto y poniéndola en las redes sociales, comenta en ella donde está y por qué molesta, si todos lo hacemos al final puede ser que llegue a la persona que puede solucionarlo y la lucha de Cristian no sea en vano.