7 Cabezas (una persona inolvidable)
Hoy no quiero inventar ninguna historia. Hoy quiero escribir una carta a una persona que no está entre nosotros.
Este escrito esta lleno de amor y nostalgia hacia esa persona. Aunque han pasado bastantes años desde que te marchaste, sigo sintiendo tu presencia en mi vida de una manera muy especial.
Recuerdo diáfanamente tus manos, unas manos fuertes y ásperas, fruto de tantos años trabajando en el campo. Eras un hombre valiente y trabajador, siempre me asombraba tu esfuerzo y dedicación.
Nunca olvidaré las veces que, montados en el pequeño burro que tenías, yo te acompañaba a “rebuscar” lo que tocaba en ese tiempo (patatas, remolacha, boniatos etc.). Tu siempre ibas caminando y yo encima del animal junto a los “serones”.
Me sentía orgulloso de ti, abuelo. Más de una vez vino el capataz de la finca, simplemente lo llamaremos “panxa-contenta” (una palabra en catalán que lo define perfectamente), y te obligaba a tirar en el camino lo recogido para que, una vez nos marchábamos, él cogía lo que tu recogiste para llevárselo a su casa. Cuando esto sucedía, te enfadabas y de tu boca por lo bajo salían unos insultos hacia esa persona que no te dejaba ganarte la vida (yo hacía como que no escuchaba esas palabras).
Eras conocido por tu apodo, en el pueblo todo el mundo es conocido por su apodo, el tuyo era 7 Cabezas. Este sobrenombre te venía por tu destreza para solucionar problemas, tu sabiduría y tu experiencia (yo creo que también tenía que ver tu cabezonería, pero esto son cosas mías).
Los recuerdos más frecuentes que tengo son cuando en la “zahurda” alimentábamos a los cerdos para que engordaran y, llegado el día, sacrificarlos.
Muchas veces, sentados en la fresca de la puerta, escuchaba tus historias y enseñanzas, me quedaba hipnotizado cuando contabas historias de cómo, siendo un “zagal”, cultivabas la tierra y cuidabas de los animales enfrentándote a los desafíos del campo. Cuando esto sucedía era porque mis padres marchaban a Cataluña a trabajar, entre tu y “mama mena” (nombre cariñoso que le dábamos a la abuela Magdalena).
Tu conocimiento del campo y la naturaleza dejaron una profunda huella en mi, cada momento junto a ti y la abuela, eran momentos especiales que me hacían sentir amado y protegido.
Aunque tu no estés físicamente con nosotros, se que sigues guiándonos y cuidándonos desde algún lugar, tus valores y enseñanzas perduran en nuestra familia en cada uno de nosotros, yo personalmente me esfuerzo como tu lo hacías en ser una persona trabajadora, honesta y valiente igual que tu lo fuiste.
Abuelo, quiero que sepas que te extraño mucho y que siempre llevaré tus recuerdos en mi corazón, te doy las gracias por todos los momentos compartidos y por el amor incondicional que siempre nos dabas.
Algún día, en el lugar que estés, nos volveremos a ver y te abrazaré, como siendo un “zagal” tu lo hacías conmigo.
Siendo un niño nunca te lo dije (hay cosas que nos cuesta a los jóvenes), hoy te lo digo.
Te quiero abuelo y te hecho de menos.
Un pequeño homenaje a mi abuelo José, con el apodo 7 Cabezas.
NOTAS DE AUTOR:
REBUSCAR: Recoger el fruto que queda en los campos después de la cosecha.
SERÓN: Cesta grande, alargada y estrecha, generalmente de esparto, que se coloca sobre los animales de carga y sirve para transportar carga.
PANXA-CONTENTA : Que no le preocupa, está contentón con lo que le rodea (sobre todo en su beneficio).
ZAHÚRDA: Establo para criar cerdos.
ZAGAL: muchacho.