Sucedió en Nueva York

2023-09-25T10:27:38+01:0025/09/2023|

Me llamo Marc Soler Puig, soy abogado y quiero contarles la historia de Samuel.

Samuel es un chico nacido en un pequeño pueblo costero, pero dónde nació es lo que menos importa, lo importante es su historia. La historia ocurre en Nueva York, la ciudad de los rascacielos, concretamente en el barrio de Manhattan. Me dirijo a este lugar para hacer una entrega muy especial, algo que cambiará la vida de una persona para siempre.

Esta persona es Samuel, este hombre lo podías ver frecuentemente en las calles de Manhattan. Es uno de tantos vagabundos que encuentras en la gran manzana. En un rincón de esta ciudad lo puedes encontrar, siempre vestido con harapos y durmiendo en las frías aceras, nadie se puede imaginar que detrás de esos harapos se esconde un gran secreto.

Un día, mientras Samuel dormía entre los fríos cartones que recogió la noche anterior, un extraño, con un sombrero al estilo de Humphrey Bogart, se le acercó, dejando un sobre junto a él.

Samuel vio como se alejaba sin decir una sola palabra, se incorporó mientras se frotaba los ojos por las pocas horas dormidas. El hombre era una persona elegante, se notaba en su forma de caminar, cuando giraba la esquina más cercana se dio la vuelta y con dos dedos hizo el gesto de despedirse para a continuación desaparecer de la vista. Samuel nunca más lo volvió a ver. Tembloroso por el frío que hacía, abrió torpemente la carta. El corazón sé le aceleró, alguien le había dejado una inmensa fortuna como herencia, pero esa cantidad de dinero venía con sorpresa. Para aclararlo todo, solo le dieron el teléfono de mi bufete, solo yo podría ayudarle a cobrar esa herencia.

Se puso en contacto conmigo telefónicamente. Las últimas voluntades de dos personas estaban en mi poder, yo tenía que hacer la entrega a la cual me dirijo ahora, pero no todo era tan fácil. Samuel no recuerda nada de su pasado, fui yo el encargado de conocer su pasado de primera mano.

Contraté un detective para que formara el puzle que tenía delante de mí. Comenzó a investigar y descubrió que Samuel fue víctima de una trama cruel. Había pertenecido a una familia muy pudiente económicamente. Un día, mientras sus padres circulaban en coche con los tres hijos ya adolescentes, tuvieron un grave accidente, del cual resultaron muertos el matrimonio y Samuel acabó gravemente herido.

Los dos hermanos supervivientes del accidente sacaron el cuerpo de Samuel para dejarlo junto a un río que pasaba cerca de la carretera, cuando llegaron las ayudas no había ni rastro de Samuel.

La policía preguntó por el hermano pequeño.

—¿Cuántos viajaban en el coche?

—Nosotros dos y nuestros padres.

—¿Tienen otro hermano, verdad?

—Sí, pero hace tiempo que no vivía con nosotros.

La policía no encontró nada que hiciera sospechar que Samuel viajaba con ellos.

¿Por qué querían hacer desaparecer a su hermano? Solo había una explicación: los padres tenían puesto a Samuel como único heredero de su inmensa fortuna, los otros dos lo sabían todo y su avaricia les impulsó a hacer desaparecer a Samuel.

Como acabó Samuel en Estados Unidos era una historia demasiado larga para explicar.

Decidido a reclamar su herencia, se puso en contacto conmigo. Lo más difícil fue demostrar que este hombre al cual yo tenía que encontrar era Samuel, el heredero único. Sus dos hermanos desaparecieron cuando se enteraron de que un detective estaba investigando, a día de hoy todavía están en paradero desconocido.

Fueron muchos meses de investigación para tenerlo todo claro, incluso intentaron asesinar al detective para que dejara de investigar.

¿Quién descubrió que Samuel era quién era?

Una periodista llamada Ana fue la que quedó fascinada por la educación de aquel vagabundo. Decidió hablar con él para que le contara algo de su historia; a pesar de no recordar nada, varias heridas en la cabeza dejaban recuerdos de algo que pasó.

Ana, con una gran pasión por las historias ocultas, se cruzó con Samuel, le compró ropa nueva y cada día se reunían para charlar en el Empire State Building, un rascacielos de 102 pisos y casi 500 metros de altura. Solían ponerse a hablar en el piso 82 y también en el 102, donde hay dos observatorios que ofrecen unas impresionantes vistas panorámicas de la ciudad.

El lugar hizo que Samuel contara todo lo vivido en esta ciudad tan icónica y cosmopolita, donde dicen que todos tienen su oportunidad de salir a flote en la vida y los negocios. Le contó a la periodista sus vivencias en Central Park, un bosque en plena ciudad, donde los habitantes disfrutan de practicar deporte en medio del bullicio de la ciudad.

Hoy le haré entrega de todos los documentos a Samuel, años después de perder a sus padres y la traición de sus hermanos al fin se puede hacer justicia.

Lo recojo en el punto acordado cerca del distrito financiero de Wall Street, mientras nos dirigimos a un bufete de abogados con el cual yo tengo contacto. Atravesamos el puente de Brooklyn, no puedo evitar una sonrisa al recordar escenas de la película Fiebre del sábado noche.

Entramos en el despacho de abogados, se le explica todo lo que sabemos a Samuel, el cual solo pregunta:

—¿Dónde están mis hermanos? Tengo que ayudarles.

—Nada sabemos de ellos, desaparecieron sin dejar rastro —le contesté.

—Me gustaría compartir este dinero con ellos.

Lo cual me lleva a hacer una reflexión. Las buenas personas siempre perdonan el mal que les hacen, por eso se merecen tener suerte en la vida

Cuando me acompañaba en el taxi, me quiso enseñar donde dormía, un callejón sin apenas luz y rodeado de basura.

Hoy estoy feliz, como abogado pude cambiar la vida de una persona para siempre. Samuel se despide de mí al llegar al aeropuerto, espero que la vida al fin sea justa con él.

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