Salida mortal
Todo parecía indicar que el fin de la pesadilla sufrida por la humanidad tocaba a su fin. Las autoridades daban permiso para poder circular por todo el territorio. Serían un grupo de seis personas y tenían reservada una masía en la provincia de Girona, muy conocida entre los amantes del turismo rural, se llamaba “Mas Grau”. Casi todos recordaban lo que sucedió durante el 2020-2021 con el COVID-19, murieron miles de personas, pero en este día 12 de mayo de 2029 ya se contabilizaban millones de muertos, aunque hacía más de dos semanas que no moría nadie, por eso dejaban salir a la gente a la calle. El ejército que controlaba las calles en todo el país se encerraban en sus cuarteles y los ciudadanos podían salir libremente.
Cuando llegaron las seis personas todo era paz y tranquilidad, naturaleza en estado puro. Durante todo el día estuvieron por la piscina y los alrededores que asemejaban a una selva después de tanto tiempo sin que nadie lo cuidara. Después de la cena, las tres parejas se marcharon a las habitaciones, tenían ganas de descansar y asimilar lo vivido durante el último año.
Cuando se apagaron todas las luces no se escuchaba nada más que paz y relax. Todos estaban despiertos tumbados en la cama, por eso todos escucharon el aullido lastimero que rompió la noche. Salieron al pasillo de la planta superior que es donde dormían todos y miraron a la planta baja. Desde las escaleras solo podían apreciar un bulto que se movía en el suelo. Encendiendo la luz pudieron ver con sus ojos que era un zorro destrozado a mordiscos, pero eran mordiscos pequeños, no demasiado grandes para ser otro zorro o similar. Pero si la puerta de fuera que daba al campo estaba cerrada, ¿cómo entró el animal y quién le hizo las heridas?, es la pregunta que todos se hacían. Cada uno de ellos cogió algo contundente para defenderse por si corrían peligro. Ninguno vio nada, recogieron el cuerpo del animal y lo sacaron al patio.
Al día siguiente, hablarían con el dueño de la casa para aclararlo todo. Como no podían dormir, una de las parejas bajó a la planta baja, donde tenían un jacuzzi para relajarse de los nervios y tensión vivida. Pusieron en marcha las burbujas y se desnudaron para bañarse desnudos. Estando dentro del agua, sucedió un apagón de la luz, la chica se asustó un poco, pero el chico la tranquilizó.
–No pasa nada, seguramente el automático tiene poca fuerza para aguantar todo lo que estaba conectado.
Salió de jacuzzi y se dirigió al cuadro de luz para conectar, efectivamente el general estaba abajo. Lo subió y se hizo la luz. Se dirigió a la zona de baño y, horrorizado, comprobó que la chica estaba en el jacuzzi rodeada de sangre por todas partes y tres mordiscos en el cuello. Se giró y salió corriendo desnudo en la dirección de las habitaciones, pero no pudo dar ni tres, pasos algo le agarró por el cuello y empezó a morderle salvajemente. Segundos después lo dejaba caer al suelo como un saco de patatas.
Otra de las parejas, al marcharse la luz, cerraron la puerta con llave y cogieron cada uno una lámpara de metal para defenderse si lo necesitaban. Escucharon un grito y un fuerte golpe, después silencio total. Pasados unos minutos, se decidieron a salir. Tenían mucho miedo, la luz era muy floja pero suficiente para ver. Se acercaron a la baranda de las escaleras y vieron el cuerpo sin vida del hombre de la tercera pareja. A pesar de ser solo un piso de alto, el golpe de la caída lo mató instantáneamente. Se acercaron a la habitación y el cuerpo de la chica estaba bajo la ducha desangrándose de los mordiscos en el cuello que algo o alguien le propinó.
Solo quedaban dos y estaban aterrorizados. Con las lámparas en la mano salieron a la calle, cogieron las llaves del coche con la intención de salir rápidamente de la pesadilla, abrieron el coche y se introdujeron en él, el chico puso la llave en el contacto encendió las luces y frente a ellos una figura que parecía humana los miraba fijamente. Intentó arrancar el coche y no arrancó. La figura se acercó al coche. Con un acto reflejo cerraron los seguros, pero la figura no quería entrar en el coche. Vació una garrafa de gasolina sobre él y lo encendió. La chica fue la primera en intentar salir, pero el fuego la alcanzó dejándola sin vida. El chico lo intentó por la otra puerta, pero rápidamente fue alcanzado por la figura misteriosa cuando fue cogido por el cuello y solo pudo preguntar “¿por qué?”. No recibió respuesta.
Al día siguiente, cuando el dueño de la casa encontró el horror y la muerte, se puso a llorar desconsoladamente porque estaba claro que el monstruo volvía para adueñarse de la casa. Según la historia de la región, un hombre lobo vivía en los bosques cercanos y cuando la luna era llena bajaba para matar durante toda una noche.