El karma existe

2021-05-03T15:06:04+01:0003/05/2021|

Juan sale del banco hundido y desmoralizado. El banco no acepta ninguna demora ni retraso en el pago, el director solo le dijo:

-La próxima vez que quieras empezar un negocio te lo piensas antes, que es muy fácil venir a llorar cuando la cosa no funciona. Un poco de cabeza antes de emprender nada.

Juan le suplicó y le pidió unos meses más, que las cosas funcionarían en poco tiempo.

-No estamos aquí para perder dinero, el mes que viene ejecutaremos el embargo sobre los bienes que pusiste de garantía -fue la respuesta del director.

Juan no podía permitir que embargaran la casa de sus padres, debía hacer algo. Conocía a mucha gente y tenía que hallar una solución rápida, aunque el tiempo pasaba rápido en su contra. Un amigo de los barrios bajos le proporcionó lo que quería, una pistola bareta 92. Tendría que pagarle 2000 € si todo le salía bien. Lo siguiente fue decidir el sitio donde actuar, analizar los pros y los contras, pero estaba desesperado, no tenía elección: o actuaba o sus padres se quedarían en la calle. No sabía cómo ni cuándo lo haría, pero el tiempo era poco.

Después de mucho elegir, solo le quedaban tres posibilidades: del banco del pueblo más cercano podría escapar y refugiarse en su casa en poco tiempo, en una sucursal de una ciudad más grande sería más peligroso, pero tendría mejor botín y la tercera opción era un camión blindado, pero para esta última necesitaría ayuda y no se podía permitir el reparto. De todas maneras, quiso hablar con su amigo el que le vendió la pistola, él le podía guiar, estaba acostumbrado. Cuando se encontró con él, le explicó sus planes y le contestó que ninguno de sus planes era factible con una persona sola, pero que tenía una idea que la podría realizar.

-Conozco a una persona que se dedica a financiar transportes de droga, la finanza y él se lleva un pellizco bastante jugoso sin ensuciarse las manos, solo van a su casa y le llevan su dinero.

-Pero yo no lo conozco, no sé donde vive, no se nada de él, ¿como voy a llegar a su casa y realizar el atraco?

-No te preocupes, yo te proporciono todos los detalles y el día que él recibirá dinero, siempre lo mete en su caja fuerte. Vive solo, su mujer lo abandonó hace varios años.

-Vale y esa información, ¿qué me costara?

-Lo que acordamos por la pistola y una cena en un buen restaurante

-¿Una cena? -Se extrañó Juan.

-Si, una cena es una cuenta que tengo pendiente con ese individuo, la semana que viene ven y te daré todos los detalles.

El día acordado, Juan se personó en la casa del amigo, se sentaron en una mesa y le empezó a explicar los detalles. El golpe tendría que ser el jueves, dos días después de esta reunión.

-Cada jueves, esta persona pide pizza por encargo. Tú tienes que esperar en la puerta, recoger la pizza, pagarla y llamar al timbre. Llevarás una chaqueta roja para que la confunda con el repartidor. En ningún momento te quitaras el casco de motorista con visera oscura que llevarás puesto. Cuando abra la puerta, te introduces en la casa apuntándole a la cabeza, es una persona tan cobarde que no opondrá resistencia. Le obligas a ir a la habitación y que abra la caja que esta detrás del zapatero que tiene en el vestidor. Sobretodo que te vea seguro, es una rata de cloaca cobarde y no pondrá denuncia porque el dinero es sucio y no puede explicar su procedencia y calculo que por lo bajo tiene más de dos millones de euros.

El jueves llegó y a la hora que su amigo le dijo estaba rondando la vivienda. A la hora esperada, llegaba una moto de pizza a domicilio.

-¿Es para aquí? -pregunto Juan.

-Si, si, una cuatro estaciones mediana, son 8,95 -Juan le dio 10 euros y le dijo ya estaba bien. De momento todo salía como estaba previsto. Llamó al timbre y se escuchó la voz de un hombre.

-¿Si, quién es?

-Pizza cuatro estaciones, abra por favor.

La puerta se abrió, Juan se puso el casco y empuñó la pistola bajo la caja de pizza. Se abrió la puerta de la casa y el corazón se le disparó al ver la cara de ese hombre. Cambiando la voz, le hizo ir hasta la habitación. El hombre solo repetía que no tenía nada de valor en la casa, que le daría todo lo que tenía en la cartera, unos 300€. Juan le hizo apartar el zapatero con gestos y efectivamente allí estaba la caja fuerte. El hombrecillo solo hacía que llorar y gemir como un niño. Cuando abrió la caja, Juan se quedó asombrado: la cantidad que dijo su amigo era poca, por lo menos había cuatro millones de euros. Le dijo que se los pusiera dentro de una mochila y cuando estuvo llena la cogió y le dijo que si salía detrás de él o llamaba a la policía volvería y lo mataría. El hombre se quedó tumbado en el suelo de la habitación. Cuando juan estaba a punto de salir, giró sobre sí mismo y volvió a la habitación, cogió la pizza y se la restregó por la cara y entonces si se marchó con el dinero.

Al día siguiente fue al encuentro de su amigo para hacerle unas preguntas y pagarle lo pactado.

-Quiero hacerte unas preguntas, si no te molesta.

-Pregunta lo que quieras.

-¿Cómo conocías los detalles de todo? -preguntó Juan.

-Ese hombre me arruinó, perdí mis negocios por él, me embargó todo lo que tenía a mí y a mis padres y juré vengarme. Una prostituta que contrata de vez en cuando me dijo lo de la pizza y la caja fuerte, el resto fue vigilar un tiempo.

Juan le dio dos millones de euros.

-Toma, con esto podrás empezar una nueva vida lejos de los barrios bajos.

Al día siguiente, Juan fue a la oficina del banco para hablar con el director. Cuando estuvo dentro, puso una mochila sobre el escritorio y le dijo:

-Con esto liquidas mi deuda y lo que quede lo donas a causas benéficas sin nombrar a nadie. Y tu mañana presentas una renuncia a tu puesto como director y te marchas lejos de aquí. Y recuerda, si cometes una torpeza, yo conozco todo de ti.

Al día siguiente, cuando los primeros trabajadores llegaban al banco, vieron luz en el despacho del director, entraron y vieron a su jefe con una pistola en la mano y una carta explicando por qué se quitaba la vida. Aunque nunca mencionó nada del suceso.

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