Metros finales
Pau tenía marcada en el calendario la fecha, esa fecha era el 8 octubre de 2023. Qué pasaba ese día? Se corría la IRONMAN de Calella y Pau quería correrla y acabarla.
La noticia que le dio el médico tres días antes era desmoralizante. Fue al médico del hospital por molestias en la parte derecha del abdomen. Y el diagnóstico fue cáncer de páncreas en fase IV, era irreversible. Solo le podían asegurar unos meses de vida, y según el oncólogo, no serían más de 8. Su ilusión como deportista aficionado de triatlón era correr uno y acabarlo. Le dijo a los doctores que no pensaba tomar ningún tipo de medicación y por supuesto no le comentó nada a su familia, era su reto y quería superarlo él solo.
Conocía la historia de Ramón Arroyo, una persona a la que diagnostican esclerosis múltiple. Una película narró su historia y fue conocida por el gran trabajo que hizo Dani Rovira en el papel de Ramón.
Pero él no quería explicar nada, él solo quería acabar la carrera de sus sueños, que eran 3,8 kilómetros nadando, 180 kilómetros en bici y 42,2 kilómetros corriendo, y era su última oportunidad.
Al día siguiente quedó con su novia, Neus, y le dijo que ya no la quería, que se enamoró de otra persona y que esperaba que le fuera bien en la vida. Se giró y la dejó llorando, él a duras penas pudo controlar las lágrimas, porque él la quería, pero no quería que ella pasara por eso.
Después se fue a casa de sus padres y preparó la maleta con su ropa, les dijo que se quería independizar y que se marchaba de momento fuera de su querido pueblo. Sus padres no entendían qué pasaba, pero lo aceptaron a regañadientes. Le pidieron que estuviera en contacto, que viniera a casa a visitarlos. Con sus ahorros, unos 50.000€, podría realizar su sueño.
Al día siguiente empezó su entreno, nadó media hora, en bicicleta otra hora y corrió media hora, para ser el primer día no estaba mal.
Fueron pasando los días y el entrenamiento era más fuerte, él se encontraba bien, solo tenía ese dolor abdominal parecido al flato. A sus padres les llamaba de vez en cuando, y una de las veces le preguntaron lo sucedido con NEUS. Él solo respondió que son cosas que pasan, no dio más explicaciones. Pasaron unos meses más y solo faltaban 15 días para su carrera. Cada día acababa más agotado los entrenos y más le costaba recuperarse.
Al fin llegó el día, 8 de octubre de 2023, y la hora, las 5:30h de la mañana. Cogió sus cosas y se dirigió al punto de salida.
Ninguna de sus amistades sabían de su participación en la carrera, se rapó el pelo al 0 para pasar más desapercibido.
El dolor cada vez era más intenso y le asustó, no podía dejar esta carrera a medias. Cuando se lanzó al agua sintió liberación, al fin su día. Los casi 4 kilómetros los nadó a un ritmo flojito, no quería agotarse.
Al salir a coger la bici, el dolor era un poco fuerte, pero si se dosificaba podría acabar. Fueron 180 kilómetros de sufrimiento, el dolor apretaba y las fuerzas no estaban en su mejor momento, pero consiguió acabar. Al fin, dejó la bici y empezó los 42,2 kilómetros de la maratón. Cuando pasaba aproximadamente por la mitad del recorrido, fue donde vio a Neus, que por casualidad estaba viendo la carrera, en ese momento. Neus se sorprendió, juraría que era Pau. Se cambió de sitio para asegurarse y se acercaba el dorsal 01985, de nombre PAU. Era él, estaba segura. Lo llamó, pero él no quiso escuchar. Le quedaban pocas fuerzas y no quería saber nada del entorno que dejó. Le quedaban unos 75 minutos para acabar su carrera, aunque la voz de Neus le dio fuerza para continuar su lucha.
Neus se fue a buscar a los padres de Pau, que no sabían nada de él desde que le preguntaron por lo sucedido con ella. Los padres no se lo podían creer, y los tres juntos se fueron hacia la meta. Si acababa la carrera esa persona podrían ver si era él.
Pau lo estaba pasando verdaderamente mal, al cansancio de ese tipo de carreras hay que añadir el fuerte dolor que prácticamente lo dejaba sin respiración. Le quedaban menos de 3 kilómetros, pero estaba agotado. Empezó a pensar en sus padres y en Neus, y esto le dio las fuerzas para continuar.
Últimos 500 metros de la carrera y parecía que se desmayaría en cualquier momento. El dolor era insoportable, pero veía la línea de meta. Cerró los ojos, apretó los dientes y respiró fuertemente para coger aire. Fue entonces cuando escuchó la voz de sus padres y Neus. Estaban al otro lado de la línea de llegada para abrazarlo. Los últimos 10 metros parecían una tortura. El dolor le estaba reventando por dentro. Cuando cruzó la línea se abrazó a sus padres y a Neus y les dijo:
–Perdonadme, quería acabar la carrera de mi vida sin ver sufrir a mis seres más queridos, os quiero.
Su corazón dejó de latir. Los médicos de la prueba intentaron reanimarlo, pero fue inútil.
Unos días después, los padres de Pau y Neus fueron a recoger las cosas que dejó Pau en su mochila de deporte. En ella fue donde encontraron una carta para ellos tres donde explicaba por qué tomo las decisiones más dolorosas de su vida: separarse de ellos tres. Se abrazaron y estuvieron llorando mucho rato en memoria de Pau.
DEP Pau, un hombre que no quería que sufrieran sus seres queridos.